Mejora de los países exsoviéticos desde la disolución de la Unión Soviética.

La situación de los países ex soviéticos,  desde su disolución 1991, varía bastante y ha experimentado diversos cambios desde entonces. 

Tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, los países ex soviéticos obtuvieron su independencia. Estos países incluyen a Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, los estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), así como varias naciones de Asia Central (Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán).

Muchos de estos países han experimentado procesos de transición económica desde economías planificadas hacia modelos más orientados al mercado. Este proceso ha sido más exitoso en algunos países que en otros, y algunos todavía enfrentan desafíos significativos en términos de reformas económicas y desarrollo sostenible, cuyos objetivos tienen un proceso más lento.

Algunos países ex soviéticos han buscado una mayor integración regional, por ejemplo, varios de los estados bálticos y algunos países de Europa del Este se han unido a la Unión Europea y la OTAN, buscando una mayor conexión con Europa occidental por lo que este proceso se realiza con una visión de futuro y con la intención de buscar un bienestar para el país tras la independización de la Unión Soviética.

Sin embargo, la situación socioeconómica varía entre los países ex soviéticos. Algunos, como Estonia y Lituania, han experimentado un desarrollo bastante rápido, mientras que otros, como Moldavia y Kirguistán, se han enfrentado a desafíos económicos y sociales que les cuesta seguir progresando para mejorar como institución.

Internamente dentro de los países en los ámbitos de gobierno y los derechos humanos también varían. Algunos países han avanzado en términos de democracia y derechos humanos, mientras que otros enfrentan críticas por prácticas autoritarias y restricciones a la libertad política, y siguen encerrados en dictaduras. Todos estos países han desarrollado distintas trayectorias desde la separación de la URSS, ya que cada uno uno ha experimentado sus propios desafíos y complejidades. Ahora muchos de ellos, se centran en una mejor gestión económica, mayor estabilidad política y algunas con la entrada en la Unión Europea una mejor relación internacional.

La situación de los países individualmente se realiza de la siguiente manera:

- Estonia, Letonia y Lituania: los estados bálticos han experimentado un notable progreso desde su independencia. Han llevado a cabo reformas económicas, por las cuáles se han integrado en instituciones europeas como la Unión Europea y la OTAN, y por concluyente han experimentado un crecimiento económico.

- Rusia: ha experimentado una transformación bastante compleja, en la que se encuentra que ha habido períodos de crecimiento económico, pero también desafíos económicos y políticos, incluyendo tensiones internacionales y preocupaciones sobre derechos civiles y políticos.

- Ucrania:  ha enfrentado desafíos significativos, incluyendo la anexión de Crimea por parte de Rusia y el conflicto en el este del país. Sin embargo, ha habido esfuerzos para implementar reformas económicas y políticas, y ha buscado una mayor integración con la Unión Europea para la prosperidad de la nación.

- Bielorrusia: ha mantenido un gobierno autoritario bajo la presidencia de Alexander Lukashenko desde la independencia. Ha experimentado períodos de estabilidad económica, pero también enfrenta desafíos en términos de derechos humanos y libertades políticas que son los que le impiden seguir avanzando hacia el futuro.

- Países de Asia Central: Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Kirguistán y Tayikistán han experimentado diferentes trayectorias. Algunos han buscado diversificar sus economías, mientras que otros han mantenido estructuras políticas más autoritarias. Uzbekistán, por ejemplo, ha experimentado cambios significativos en los últimos años con la llegada de un nuevo liderazgo.

- Moldavia: ha enfrentado desafíos económicos y políticos, en el que ha habido tensiones entre las fuerzas europeas y las rusas, y el país ha buscado equilibrar sus relaciones con la Unión Europea y Rusia.